El caballo del diablo, el barco del infierno y el Paraíso de Bali Baliku

Es un hecho: nuestra velocidad y la de la gente de por aquí es distinta. Nuestro barco zarpaba de Gili Trawangan hacia Bali esta mañana a las 11 y nuestro transporte (a caballo) estaba pedido desde anoche. Nos hemos levantado a las 9. Solo quedaba desayunar, pagar y marchar. Sobraba tiempo verdad?

Pues no.

Hemos llegado al puerto más de media hora tarde sobre el horario previsto, cuando el barco ya había salido y hemos tenido que tomar el siguiente: el legendario Gili Cat II.

Y es que en una isla de 3 por 2 kilómetros, cada dos por tres pasan cosas.Como que la marea anegue la orilla, los carros de caballos no puedan pasar por el camino que circunda la isla y se jodió la bicicleta (que tampoco podría circular,por cierto). Nervios? Cero. Creemos que en bahasa, el dialecto local, esa palabra no existe. Tendríamos que aprender, aunque sea un poco.

Una vez embarcados, empieza la segunda parte del show. Fabien, el "encargao" del bote, tras las pertinentes indicaciones de seguridad, nos comenta que el trayecto durará algo más de lo previsto debido a las condiciones del mar.Era poco decir.Muy poco.

El océano Indico, aunque se vista de mar al abrazar Bali, es alto y con las espaldas muy anchas.Y nos enseña los dientes mientras nos zarandea durante toda la travesía. Las olas superaban el barco. Dos horas dura el castigo. El italiano que está al lado de Amaia no para de comentar la jugada, sin tregua, hasta que ella muy amablemente le pide que se calle.

Totalmente contra las cuerdas, llegamos rendidos con los nudillos blanquecinos de sujetar la barra tan fuerte y nuestros caretos a juego. Nuestros estómagos han aguantado el tirón de puro milagro. Total, que todas las válvulas, depósitos y engranajes de nuestros cuerpos quedan desajustados del todo durante un buen rato. Y subir a la furgoneta que nos trasladará hasta Jimbaran nos sabe a la gloria bendita del superviviente a un naufragio.¿Qué es el caos del trafico balines en comparación con unas olas escupidas directamente del infierno? Apunte para deberes futuros: hacer camisetas con la frase "yo sobreviví a Gili Cat II".

Llegamos por fin a Jimbaran. Nuestra Villa, sin palabras una vez más. Esta vez tiene también cocina y baño cerrado. El exotismo de los baños abiertos al exterior ilusiona los primeros días, pero la verdad, agradecemos poder ducharnos o ir al baño sin geckos, bichos voladores ni hormigas gigantes.



Aunque seguimos teniendo una exterior por si vuelven las ganas de ser "intrépidos".


Seguimos teniendo piscina privada.


Lo malo, el ruido. Nos habíamos acostumbrado a caer rendidos con el sonido de las olas o la selva, y ahora nos cuesta volver a acostumbrarnos a los ruidos de las carreteras y la civilización.

Esto es mucho más turístico (pensábamos que Gili lo era,ja!), se nota y eso que apenas hemos merodeado.

Al ir a cenar a la playa se nota aún más. Todo lleno de "restaurantes" en la arena, grupos de mariachis balineses rondando las mesas, puestos de maíz tostado,... Sin duda, este no es el Bali que más nos gusta. Pero tiene su encanto,por qué no decirlo!



Para abrir el apetito y en honor a Nahikari, un par de cócteles: Long Island Ice tea y Sweet Melony.


Para cenar, algo ligero, una mariscada, que no se diga


Y un poco de fruta de postre.


Lo bueno de Jimbaran, que estamos en un lugar desde el que poder hacer escapadas por la isla.Mañana empezamos: Nos recogen a las 10'45 para ir a L'Atelier Parfums et Créations a intentar crear un aroma a nuestra medida.

¿A qué olerá esta tercera etapa de nuestro viaje?

Ubicación:Bali Baliku Luxury Villas, Jimbaran, Bali, Indonesia