Hoy empezamos el día con un paseo junto al Sena. Los Bateaux Mouches nos acompañan. Y me encanta este look de Amaia a lo Julie Christie en Doctor Zhivago. También puede ser E.T., según se mire.
De verdad que es importante hacerse un pequeño plan para cada día, si visitas París a lo turista. De lo contrario es inabarcable; son tantas cosas! Cada calle esconde un pedacito de esa atmósfera tan característica de la ciudad: la nostalgia, la luz, la sofisticación... supongo que hay un París para cada uno.
Paso a paso llegamos hasta Notre Dame, que es preciosa se mire por donde se mire. Como es domingo hay misa y ponen una pantalla gigante en la portada principal de la catedral para que, quien esté interesado, pueda seguirla desde unas enormes gradas que habilitan allí.
Nos perdemos la misa (qué se le va hacer) pero seguimos adelante hasta llegar al Panteón Nacional. "A los Grandes Hombres la Patria Reconoce" reza el lema en la fachada.
Y es que allí descansan eternamente grandes franceses de todos los tiempos, que son muchos: Victor Hugo, Voltaire, Rousseau, Marat, o los Curie engtre otros...casi nada!
La entrada cuesta 7,5 € pero merece la pena.Porque además en el hall hay una reproducción del mítico Péndulo de Foucault con el que demostró el movimiento de rotación terrestre. "Les invito a ver girar la tierra" así atrajo Foucault la atención de los sabios de la época para que asistieran al día de su célebre experimento. Gran titular. No sabía nada, el bueno de Foucault!
Esta foto es en homenaje al marisco...no! en homenaje a este señor marisquero que con solo un grado en el termómetro trabaja con las manos dentro del hielo. Hay bastantes marisquerías en las esquinas de Paris, la mayoría carísimas y otras más asequibles. Son muchos los planes gastronómicos que se nos quedan el tintero en este viaje.
Llevamos un buen rato de "pateo" y alcanzamos, por fin, la calle Mouffetard. Una calle que tiene todo lo que es bueno para el ser humano: queso, marisco, pasteles, vinos... todo en un mercado callejero que se monta aquí cada domingo y que, como digo, es brutal.
Precisamente en Mouffetard alcanzamos uno de nuestros objetivos del día: el Brunch de "Les 5"; uno de los muchos restaurantes chulísimos que proliferan por Mouffetard. Para no perdérselo si vienes a París. Es importante que vayas pronto, como tarde a las 13, sino te será difícil encontrar sitio.
Para bajar la comida, continuamos nuestro paseo por los Jardines de Luxemburgo. Y encontramos una cosa muy graciosa: los veleros "inhundibles"!
Por 3 € la media hora puedes navegar uno de estos veleros con la única ayuda de un palo. Tú le das para que zarpe y luego el barquito va a su bola. Y lo mas increíble; nunca se hunde! :-)
Por la noche, regresamos a Mouffetard a cenar a uno de los restaurantes que "fichamos" durante el paseo de la mañana: Le Granje. Donde la especialidad son las fondues. Escogemos para comenzar un foie de canard con salsa de cebolla riquísimo. Y para seguir, nos "decidimos" por 2 fondues, una de pato y otra de ternera. Consejo: para dos personas con una sola fondue y un entrante es suficiente. El avispado dueño nos "vendió" dos (que nos comimos) pero fué "trop pour le body".
El restaurante está decorado profusamente con aperos de granja antiguos y la dueña tiene una extraña fijación con hacer soñar el reloj cuco casa dos por tres. Recomendable Le Granje. La verdad, es que para cenar en la calle Mouffard es difícil no encontrar algo interesante. Hay mucho donde elegir: cocina francesa tradicional. griegos, argentinos...Creo que es momento de volver al hotel. Mañana queda mucho Paris por recorrer.
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